Monday, November 27, 2006


15.- LOS FUNDADORES (I).- USURPANDO LA LETRA ESE: RECORDANDO A WILLY ABNER LIONS


Revolviendo entre unas carpetas que descansaban bajo una pila de papeles, cuentas y viejos escritos tropecé con varios manuscritos -que suponía fenecidos- del integrante fundador del Kudomayo, el insigne -e incomprendido- pueta Willy Abner Lions. Son escritos primarios, bocetos si se quiere, piedras de apoyo de lo que luego serían sus puesías más conocidas. Él mismo se autodenominaba pueta haciendo uso de una libertad literaria inofensiva, a la vez que se mofaba chascarronamente de su inoficio; al preguntarle uno por su ocupación respondía: "Poeta, pues!" De ahí acortó, copió (Ctrl + C) pegó (Ctrl + V) y unió quedando para la posteridad esa incipiente genialidad descriptiva.
A la tierna edad de 33 años escribió lo que sería la base del manifiesto puético mas importante de la posguerra oriental: Creo Que He Nacido Demasiado Joven (Ediciones de los Cartuchos & Gladiolos, Pirarajá, 1947) en donde con estilo desgarrador y conciso describe las vicisitudes de su dura infancia en las sierras minuanas. La puesía destacada -de ese primer libro demoledor- es Mi Carencia De Vitamina B. Años después, en un arranque evidentemente freudiano, ocuparía una vivienda económica en el INVE B2, carcomido por la estremecedora carencia de entonces.
Los años pasan y nuestro pueta se dedica, entre otras actividades filosóficas, a la contemplación de los residuos bajo las uñas de sus pies e inicia un retiro espiritual de seis semanas debajo de la cama del cuarto chico, período conocido como Retiro Incómodo. Escribe una de sus obras más irreconciliadoras: La Importancia De Pasar La Escoba Como Se Debe (Ediciones del Clavo Remachado, Paso Del Tuerto, 1952) que ocasionó las iras de su progenitora. Luego, tras soportar 18 días sin probar bocado por huelga maternal, cambió el título por Telarañas En Mis Narinas lo que sumió a su madre en la sospecha que su hijo experimentaba con drogas. "Heroína. Cocaína. Narina. Todo una mierda" decía con un deje de angustia, pelando las cebollas, la señora. Willy, al volver a la verticalidad, descubrió con asombro que aún podía caminar.
Emprendedor, casi rondando en la manía como era, inició una serie de derroteros peatonales tras el Retiro Incómodo en los cuales proclamaba a grandes voces a quien lo quisiera oír la inutilidad y fastidio ocasionado por la letra Ese.
"La letra Ese sobras!" solía declamar solemnemente. Si alguien caía en la estupidez de corregirle "Se dice 'sobra'" él contestaba con una sonrisa triunfante: "VISTES!?"
Se ganó el enojo de toda la comunidad con su insistencia y su madre, molto arrabbiata, le sugiere que se consiga un trabajo decente y se deje de pelotudeces. Vengativo, en un arranque de furia incendia su casa. De ese acto surge la trilogía puética Salvando A Mamá De Las Llamas (Ediciones del Penal, Libertad, 1953). Su oda más destacada Mamá No Combuste Bien le supone el premio Pirómano de la Asociación de Delincuentes No Tan Juveniles de la Escuela 27.
Se suceden casi dos lustros terribles, depresivos, ominosos. En el bienio 63-64, aprovechando un viaje a Porto Alegre, co-funda el Kudomayo, sentado en los fondos de un cine triple X. Escribe un año después una obra que se prestó a serios equívocos: Me Gusta El Cucurucho De Fresa (Ediciones Trabajás O Estudiás?, Paso de la Arena, 1965). Acuciado por las asociaciones gays (que por aquella época se llamaban sencillamente trolazos o tragasables) y por las burlas de los vecinos se defiende con el magistral Si Fuese Calabrio (Ediciones Piyuno, La Paloma, 1966). No conforme y ya en plano de radicalización da a luz el furibundo La Cotorra De Tu Hermana (Ediciones Catarrete, Piriápolis, 1967) un alegato machista de contornos esquizoides en desesperada búsqueda de apreciación de su hombría.
En los comienzos de la década del setenta, prohibido por el gobierno de Jorge Pacheco Areco se recluye en asociaciones vecinales, apagándose lentamente su luz guía, su halo creador.
Su paso por el mundo literario se puede apreciar aún hoy en día en un mural en el Bar del Pato, en la ex Avenida Artigas (ahora no sé como carajo se llama) de Maldonado. En el pasillo en el cual uno se dirige a los, ejem, así denominados baños -unas cuevas infectas capaces de contagiar con malaria y hepatitis a un oso pardo- se encuentra el descriptivo El Gas Metano, puesía que dedicó al Negro Antenor, tras engullir éste, en inolvidable velada, cinco platos de guiso con porotos y gofio:
El gas metano
Que sale de tu
Ano
Es inhumano
Dermano!*

*(Licencia puética).


Tema del día: Frank's Wild Years de Tom Waits, CD Swordfishtrombones, 1985

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Saturday, November 25, 2006


14.- LA ROPA COLGANDO EN EL LAVADERO, CON ÉL ADENTRO

Para la Caco cada amanecer trae un nuevo temor, el mismo desde que hace un par de semanas el actor fracasado dió a conocer su irremediable quiebra económica personal: el tipo tocó fondo o, mejor dicho, tuvo que reconocer entre lágrimas a Miss Ronquido su incapacidad de afrontar los gastos adeudados por conceptos de alquiler atrasado y le suplicó, entre requiebros dramáticos y efectos especiales varios (mocos, temblequeos, mirada gacha y encogimiento de hombros) que no lo echara a la calle ya que no tiene -aparentemente- donde ir. Divorciado, madre en el asilo, amigos vueltos enemigos, la guitarra marchita sobre el ropero, hambruna, soledá, etc.
"Trabajó en Mea Culpa" me dijo la Caco con los ojos muy abiertos, susurrándome a través del Skype, conspirativamente.
"Una serie sobre octogenarios seniles con problemas de retención de aguas?" le inquirí tratando de aparentar seriedad ante lo, bueno, húmedo del asunto.
"Guevón!" me susugritó ella "Mea Culpa es una serie famosa en Chile. Trata siempre de casos verdaderos de la serie negra. El tipo siempre tenía personajes de loco y terminaba muerto en cada capítulo". Al llegar a ese punto la Caco hizo una pausa para aumentar el dramatismo "Generalmente se suicidaba"
"Y?" quise saber.
"Boludo!" se argentinizó mi trasandina "No lo ves? El tipo se va a terminar matando por no poder pagar el alquiler!"
"Te parece que va a llegar a tanto con tal de no pagar? Que mierda de persona. Jack mueve toda la noche muebles pero paga religiosamente su parte, supongo" dije imaginándome al actor desocupado hecho un estropajo de pena acordándose de su época de gloria cuando era el muerto más solicitado de los hogares chilenos.
"El lavadero" continuó la Caco resplandeciendo en su certeza.
"Tenés que ir a lavar ahora? Si son como las dos de la madrugada!" me extrañé.
"Peeeelotuuuudooooooo!" se enojó ella mostrando una preciosa hilera de dientes "Se va a suicidar en el lavadero y yo voy a ser la primera en encontrarlo al levantarme por la mañana. Toy segurísima..."
"A lo mejor se mata por la tarde cuando estés laburando y no lo ves" me contagié de su entusiasmo sádico "O se cuelga en la placita, o se cuelga de un puente del Mapocho, o..."
"Córrrrtalaaaa!" me advirtió La Futura Descubridora De Ahorcados En El Lavadero.
En el silencio subsiguiente pensé en que la novedad era casi tan importante como la decisión papal de aceptar el condón como "mal menor" teniendo en cuenta el avance del Sida en la sociedad.
"Y si le sugerís que se dedique a los anuncios publicitarios?" dije queriendo romper el hielo "A lo mejor alguna empresa lo contrata y puede pagar de esa manera el alquiler"
"Y que empresa va a querer contratar a semejante fracasado?" me concedió ella.
"Colgate?"
"Te voy a sacar la chucha cuando te veaaaaa!"



Tema del día: Mr. Brightside del grupo The Killers, CD Hot Fuss, 2oo4


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Monday, November 20, 2006


13.- TRAS LOS PASOS DE ALBERT SCHWEITZER Y LOS NEGROS BUFARRONES

a:1) La vuelta a la realidad. Bajo dos bolsas plásticas cargadas de botellas vacías para, como buen ciudadano, llevarlas al contenedor correspondiente. En Suiza es normal que todos hagan selección de sus residuos. Las botellas en un lado, los papeles en otro, los alimentos orgánicos acá, los abuelos allá. Estaba en eso, confederado como Guillermo Tell, cuando, bajando la escalera, me topé con la vecina que, presumo, tiene cierto problema -no sé bien de que índole- con mi persona. Cuando nos encontramos y estamos ambos solaina me saluda muy amable y con un cantito semi sexual en la voz. Cuando está con el novio baja la vista y no existo, cuasi musulmanamente. En la ocasión de las botellas vacías venía escoltada de un esperpento que supuse sería su progenitora. Me compadecí del novio (un flaco con pinta de boludo antioxidante). Si la perspectiva de futuro era la imagen de su suegra, bueno, yo que él me cortaría las venas con el dulce de un corazán, diagonalmente. Una vida de asceta deja, aún, la esperanza analítica de la masturbación, pero una vida al lado de semejante monstruo mataría toda proyección sexual en un radio de 15.000 km2 por espacio de 20 años occidentales. Al verme, barbado, peludo, con pinta de resaca y con dos bolsas de supermercado llenas de botellas vacías de vino y vodka se le heló la sangre. Las orejas enrojecieron y tuvo un repentino interés en la contextura de los escalones de granito del suelo. La madre echaba los bofes, resoplando como una horda de ciclistas sin doping cerro arriba, concentrada en el sillón que esperaba su grasiento orto, no reparando en nada. Picado por tanta imbecilidad, belicoso, con la arrogancia que me proporcionaba el ser poseedor de tantas botellas vacías -signo de capacidad económica y hepática-, al pasar a mi lado ambas, alzando la voz para no pasar -ni en joda- desapercibido les dije:


b) La vuelta a la realidad. El regreso me encontró al otro día limpiando autos en el laburo como si mi escapada al sur hubiera sido una metáfora de mi vida stand by: siempre jugando de visitante en salas de espera de aeropuertos muy extranjeros y nunca de local en Laguna del Sauce. En la pausa de las nueve de la mañana, en la que nos llenamos de migas y asesinatos, me enteré que el municipio de Zürich -en su apartado de vialidad y tránsito- ponía a remate números de matrículas de coches. Números bajos, anhelados por adolescentes, banqueros, ricos nuevos y viejos idiotas. Aparentemente el poseer tal numeración acredita que provienes de clase social alta, tienes un pasado noble y una billetera rebosante. Y un cerebro minúsculo. Y un futuro incierto como ser humano. Supongo. La cuestión es que, días después, en otra pausa matutina en la que nos embebíamos con la sangre derramada en Beirut, Bagdad y en el Parque Paladino, en una página secundaria leí los resultados de la venta: por el número ZH2130 se pagaron orgullosos 42.000 francos suizos. Unos 35.000 dólares. Por el resto cifras acordes. Ganancia total de la acción: unos 200.000 francos suizos. 150.000 dólares. Nada mal por unos números que uno adosa a automóviles para circular por calles y avenidas que son de todos, no de unos pocos, de casi nadie, de no personas, en definitiva.


c) La vuelta a la realidad. Un doctor o símil viene cada tanto al taller a hacer reparaciones debido a su incapacidad de diferenciar entre elementos sólidos, líquidos o gaseosos. Esto es: el viejo tiende a arrollar sin miramientos cada cosa que se le meta adelante, ergo su Golf III es una sombra de tiempos mejores, tanguísticamente hablando. La pinta del veterano siempre me gustó, de todas maneras. Anda descuidado pero elegante; sus harapos son de marca, por así decirlo. Aparenta que quiere aparentar que no tiene plata pero que se le note que quiere aparentar que aparenta no tener plata. Algo así, del verbo disfraz. Entre los desmenuces de sus -abiertas- intimidades que guarda en la guantera, debajo de los asientos y en el baúl descubrí una tarjeta de la Albert Schweitzer Fellowship (el logotipo muestra al buen Albert perseguido por lo que aparenta ser una bandada de negros bufarrones): el viejo descuidado había ejercido durante treinta años en un hospital en África bajo la égida del mismísimo Albert Schweitzer (teólogo alemán que fundó el Lambaréné hospital en Gabón, acción por la cual ganó el premio Nobel de la Paz en 1952). Uno tiende a sorprenderse a diario en este país, sea con vecinas aparentando vergüenza, pobres aparentado riqueza, ricos pobreza.

a:2) "Hola!" agregando con cara de muy pocos amigos: "La vuelta a la realidad!"



Tema del día. Willie The Pimp de Frank Zappa, CD Hot Rats, 1969

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Saturday, November 11, 2006


12.- CACO, MISS RONQUIDO, JACK... Y NORMAN BATES!


Lo primero que me sorprendió al entrar al caserón fue que era exactamente tal cual me lo había imaginado: una gigantesca mole semi derruída con altas paredes de madera, pasillos eternos, recovecos siniestros, cocinas y baños caóticos, con suelos crujientes, sillones gastados y pensionistas que se escabullían y nunca se dejaban ver; uno presentía sus presencias más que corroborarlas. Los cuadros colgaban torcidos de las paredes que, a su vez, debido a lo falso de su escuadra, habrían hecho desmayar a un arquitecto: una verdadera obra de anarquitectura. Una casona entrañable, en realidad. Imposible no amarla, imposible no caer en la tentación de sentarse en uno de los mullidos sillones polvorientos que habían albergado tantos miles de asentaderas reales y de culos plebeyos. Imposible no sentirse atraído de vagar en los pasillos del segundo piso buscando la guarida de Jack entre tablas sueltas y ventanas diminutas que mostraban un paisaje privado de techos llenos de tejas rotas y cielos pálidos de smog.
Miss Ronquido nos esperaba con los brazos abiertos y una sonrisa de oreja a oreja a la entrada del comedor. Al principio casi no la ví porque medía, con tacones, 1.48, siendo uno desproporcionadamente generoso en la apreciación. Su bondad era, en cambio, verdaderamente grande; ante la llegada de tan ilustre visitante había emperifollado una paquidérmica mesa con un mantel blanco, sacado de los estantes su mejor vajilla y se había esmerado en la preparación de unas carnes decoradas con todo tipo de coloridos acompañamientos vegetales.
En esos instantes, en el segundo piso, el espíritu de Jack comenzaba la actividad que tanta veces skypeé: movía muebles, caminaba, golpeaba puertas. Todos levantamos la mirada. Miss Ronquido dijo "Tenemos fantasmas en la casa... pero no te asustes... son creyentes, almitas al servicio de Dios...". Me asusté. Si hay algo que me da realmente pavor son espíritus religiosos, almas en pena, golpes de Estado, Patria, Familia, Propiedad...
Nos sentamos a la mesa obviando el tema. Destapamos una botella de vino. La Caco miraba alternativamente a Miss Ronquido, su plato con carnuza, a mí, a Jack arriba. En el momento en el que la corta dama se dirigió a la cocina -que distaba como 25 metros del comedor- a por los postres me susurró: "Esta noche, con todo el vino que ha tomado, seguro que despierta con sus ronquidos hasta los estibadores del puerto de Valparaíso... Por suerte no estoy acá... El problema será cuando vuelva a su pieza la semana que viene... Si continúa con su serie de ruidos nocturnos me da que Norman Bates va a acompañar a Jack... y... faaaaaaaaá!!!" E hizo el famoso gesto con el cuchillo en la mano -la sombra tras la cortina de la ducha-de la película Psycho de Alfred Hitchcock.
Nos perorateamos a gusto a medida que bajaba el nivel dentro de la botella, aumentaban los ruidos fantasmales y oscurecía. Lentamente la casa se fue vaciando de rumores y nos quedamos los tres allí, los codos apoyados sobre el mantel -que había perdido su original blancura virginal y era un mapa y guía indicador de nuestra cena.
Miss Ronquido pareció verdaderamente emocionada cuando nos despedimos dejándola dentro de caserón, encaminándonos en la noche santiagueña llena de adoquines centenarios con olores de orina, parejitas besándose en las placitas y ginkos meciéndose en los balcones pálidamente iluminados del barrio Brasil.
"La semana que viene" dijo la Caco alzando la mano "Faaaaaaaaaá!!! Llega Norman!!!"


Tema del día: Godwhacker del grupo Steely Dan, CD Everything Must Go, 2003


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Thursday, November 09, 2006


11.- CALITO, LA PARTERA Y LAS PUTAS URNAS


¿No está más el pelado? preguntó el murguista...
El Curtidor desconfía del pasado sentenciaba Elcho Fromm -y con razón-, mirando poseído un pornograbado de Alvarito Ardao, jet.
Mueven ellos la concha de la lora, se adelantó un hincha del talud. El juez, Jaime Roos, no dijo nada. (No era el pelado en cuestión: él, como Adolfo, siempre vuelve).
De manera que nos fuimos a brindar por los esfuerzos de la Carola E.de Gutiérrez que no fue madre de Sócrates pero cortó umbligos próceres en Minas, entre vapores, trapos blancos y alaridos de la madre que los parió.
Todo por acordarse de cajas rajabiertas, sedicentes urnas, gustosas siempre de ser hendidas y atiborradas como la panza de Pereira, el poeta negro oficialista, y parir después una supuestísima decisión colectiva. La concha de la lora... ¿y a vos quién te votó Juan Ramón?
El pelado no está más, jet.
No me la cortés ahora Pichicholo, grita el Calito mientras Charlton Heston calienta a Sofía Loren y la escena comienza a esfumarse.
Ardao debe pintar a Calito masturbándose en la fila trece del Cine 18 de Julio, dijo Kant, a contraluz de la pantalla porque la paja en Minas es bonita pero es más linda en abril, completó deteniendo por el codo al indignado acomodador.
Toma Hawk, dijo Willy Abner Rescate, Gracias Hawk, respondió Arnold Bebels Caztzum, devolviendo el mate en la esquina del Arapey térmico, vámonos para la feria del libro, hoy habla el Calito.
Desde arriba la Carola perdónalos Dilberto, no saben lo que fazen.
Pero no había necesidad de corte de calle porque ahora Sarandí es peatonal así que fue inútil el sacrificio de Norma, viuda de Elton John, haciéndose atropellar por aquel carro de panchos (La Emergencia tuvo que curarle el ketchup porque había cielo protegido) que Juan Shabán estratégicamente contrató.
El Intendente habló de otra cosa, ya que el pelado no está más, jet.
La conchen de la Loren barritó Hesten desde la Torren del Vejiguen en plena invasión boche. Marito Scasso reclamaba a los ingleses, Fernanda Belloso reclamaba un penal mal cobrado por Juan Cao, Pedro Amarillo reclamaba bajarse en Minas y estaba en Trinidad vetado por un Pájaro Hirviente que venía del Arapey, el pelado sollozaba su inocencia reclamando un sillón, jet.
Pum, dijo Luis Artime, y ensartó un ángulo maldito. Jé, ahora sí que va a haber carnaval dijo el Curtidor. Después de las urnas a Pintos Saldanha lo ahogó la puteada de la peatonal y lo amortajaron con música de Eltoronjón entre lágrimas de Norma González de John.
Y había uno que venía de Rocha.


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Tuesday, November 07, 2006



10.- SABORES EXTREMOS DE LA PATAGONIA


"A Pepsi, please" le dije a la negra de frente y zapán redondas que me miraba desde la seguridad de su mostrador, acompañada de dos armarios de cabezas peladas y modales de chicos del ghetto que oficiaban de barmans en el pub Passport en la zona de tránsito del aeropuerto de Atlanta. Como la negra no reaccionaba cambié el pedido por una cerveza de estoicos 7 dólares; nunca llegué a saber si la oscurísima se vengó a su modo de mi bromita inofensiva fajándome con la birra. Los armarios reían mostrando dientes de oro, calvas lustrosas, pantalones cinco números más grandes. Excelentes yernos para una suegra. Excelentes vecinos, fathers of family, violadores de gatos extraviados.
Saliendo de la ciudad helvética al otro día sin contratiempos con la ayuda de mi super-poderosa-visa-a-prueba-de-ilegalidades (no vi ni rastros de mi amigo Lex Rosa Luthor) embarqué sin demoras, esperas ni penas el aéreo con dirección a los Estados Unidos de Norteamérica, logrando, tras cenar y degustar un cabernet sauvignon de California, extender mi humanidad a lo largo de tres asientos y soñar con el glorioso Club Nacional de Fútbol de los años setenta. En realidad una pesadilla. Ver las caras de Julio Montero Castillo y Manga asomando desdentadas no se lo deseo a nadie, en realidad. Ni al manya más recalcitrante.
"Hay cosas que no se pueden, como poner los codos encima de la mesa o darle un mordisco a la luna" contaba Eduardo Belgrano Rawson desde su novela Rosa de Miami a la cual hube de acudir repetidamente en cada oportunidad en la que me despertaba debido a los pozos de aire o a las azafatas que ofecían "coffe... tea... water... coffe... tea... water..." cada media hora aburridícas, imsómnicas, rompepelóticas.
Las nubes se cernían estilo Depeche Mode sobre Atlanta e impidieron todo intento de aterrizaje, despegue u alunizaje en el sureño lugar, lo cual hizo que el vuelo destino Santiago tuviera un retraso de tres horas tres. Aproveché para practicar las puteadas en todos los idiomas posibles. Me pregunté como sonaría el reputamadrequelosparió en arameo. Lo interesante del poliglotismo: uno se pregunta constantemente, investiga, se informa, maldice. Observé familias en stand by, relaciones en espera, matrimonios en cuidados intensivos. La demora es una mala mujer, un hombre intranquilo, un niño disconforme.
31 horas tras haber dejado territorio confederado pisé Latinoamérica. El smog santiagueño y una amplia cacosonrisa me recibieron en Chile. El trayecto aeropuerto-ciudad que tantas veces he hecho, esos cerros resecos con la cordillera detrás, las bolsas plásticas volando entre las matas, la entrada a los suburbios, la parafernalia, los bocinazos, los mendigos. Tras la letargía suiza el desenfreno de la urbe sorprende, asombra, molesta.
Con el correr de los días, caminando por la Alameda a la vera del Mapocho bajando encajonado desde las montañas y arrasando Santiago con sus aguas grises, yendo a comprar al super -con Morrissey de música funcional!- lo necesario para las comidas en el deptito del piso 19 en el barrio Bellavista, pateando Providencia arriba hasta llegar al Liguria y tomarme mi pinot noir en espera de la hora de salida de mi camarera favorita, pensé en lo volátil de todo. La vida es sueño dijo Calderón.
De todas maneras la estupidez humana arrasa, hace trizas, cohíbe a dar una mano. En el susodicho Liguria, supuestamente de izquierda, allendístico y descuidadamente jipón, los empleados se sacan la chucha entre ellos, confraternizan el chupamedismo, cultivan el rencor, la envidia, el odio, la desidia de los ánimos. Un lugar así no correspondería honrarlo con cualquier visita: su sola presencia marca un límite a no traspasar.
Los días vuelan y me espera el vuelo de regreso. Y el regreso.
Un paroxismo del verano que se avecina en el sur, del invierno en el norte.
La vida es Calderón.

Tema de la semana: Alguien como tú del grupo Los Tres, CD Hágalo Usted Mismo, 2006


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