Tuesday, May 08, 2007


35.- SI EL CULO DE TU PERRO SUPIERA DAR LAS GRACIAS...

...se las daría a Sepp Rosenast, liberador anal/estomacal canino, helvético originario de la ciudad de Thun, cantón de Berna, quien, tras quedar desocupado hace ya 25 años, se puso a analizar la situación de -nunca mejor dicho*- mierda en la que se encontraba y, caviloso, rumiante, en un arranque de inspiración -al ver defecar a un pichicho en la calle- decidió hacer algo al respecto. Hay que ser, de todas maneras, sinceros: Sepp vislumbró la luz saliendo del final del intestino de un desaliñado perro extranjero, no del orto de un prolijo can confederado. Asombrado de la suciedad soretil perruna de las calles de Milano Marittima, Italia, lugar en el que se encontraba reponiéndose de su neura por haber perdido el laburo en la patria suiza (oprobio & vilipendio para todo ser alpino), creó, en un genial arranque de lucidez visionaria, un simple envoltorio plástico en el que uno podía meter la mano para de esta manera, delicadamente, amorosamente, poder tomar el, ejem, blando residuo que el mejor y más apestoso amigo, compañero de tantos paseos y diarreas, dejaba despreocupadamente tirado en la vía pública. Luego al polietileno le hizo una especie de casilla verde, lo distribuyó por parques y paseos de su ciudad y se puso a esperar a que los chuchos hicieran la digestión. Había nacido el Robidog.

Sepp se hizo prácticamente millonario con la caca. El hombre -hoy en día veterano septuagenario- no revela cifras concretas, pero dice que le alcanza para comer. Como sobre gustos culinarios (ídem*) ya se sabe que no hay nada escrito, alcanza con saber que los Robidog adornan y liberan de los restos cinológicos a más de 1700 municipios suizos con casi 40000 contenedores miérdicos. Otras tantas ciudades en el extranjero (Europa, Israel y Norteamérica) hacen también uso de la práctica bolsita de las que se fabrican diez millones de ejemplares mensuales en Malasia -por motivos de costo. El verde contenedor se hace en Niederwangen, Berna, y las bases de cemento en la República Checa.

Y para terminar el mismísimo Rosenast nos aclara de la practicidad de su invento: 'Como las bolsas son de excelentísima calidad no permiten el paso de olores ni humedades y por lo tanto se prestan, especialmente en los inviernos duros, convenientemente rellenas con excremento fresco y retenidas con firmeza en los bolsillos de las chaquetas, como calentadores de manos' .

El adelanto tecnológico del Primer Mundo nos hace sonrojar de vergüenza...

Tema del día: Get Your Snack On de Amon Tobin, CD Supermodified, 2000

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