Monday, October 08, 2007



60.- ASESINO DEL ZAPALLO. EL ASOMBROSO CASO DEL. (6)




'Mi nombre es Concha... Concha Delorte Pardo...' dijo la morochona cruzando unas piernas que eran víburas de lo largas, sinuosas e insinuantes mientras el par de detectives hacía acto de presencia sudorosa (las bicis de las turras del queco yacían camufladas tras unos arbustos de nombre indígena a unas cuadras de prudente distancia) en la morada de la dueña de tan mentadas yararases. La ninfa exudaba un tufo dulzón que hacía parpadear las narinas de nuestros ídolos ecuestres sin yobacas. 'Usté...' arriesgó el Pijirito en un acto de locuacidad que no estaba en el guión 'Usté nos dejó un mensaje en lo del Tito... no?'. La mina exumó condescendiente tras chupar de un cigarrillo que le había aparecido como por arte de Tu-Sam en la mano de uñas pulidas, recortadas, roídas. 'Mi nombre es Concha... pero mis amigos me dicen Conchita... Conchita... o La Parda...'. 'Interesante su nombre y sus apodos, si me permite' acotó respetuoso como siempre The Pasped Balls quitándose de la cabeza un sombrero que no tenía, un sombrero inexistente, '...Interesante, además, que a nadie se le hubiera ocurrido unir sus sobrenombres y llamarla La Conchita Parda a secas... Hubo un silencio en el cual un anuncio de Nivea pasó volando como pausa publicitaria. Nadie entendió nada. Todos tenían las manos tersas, debidamente humectadas. El Pijirito, bruto como el Dos de Bastos, se miró los nudillos buscando rugocidades, callocidades. Nuestro asno letrado hizo amague de sacarse la alpargata. Jaurena escondió las manos tras los fundillos llenos de felpa. Una mosca verde tosió desde las alturas del techo incómoda por la situación. Las moscas verdes son el tipo de mosca más vergonzoso que hay según el estudio del Departamento Nacional De Investigaciones Chaparras del Iname. La señora Delorte Pardo encendió un cigarrillo marca Muerte Súbita con un ademán no exento de cierta elegancia y, si se quiere, estupidez, porque aún no había acabado de fumar el otro aderezo lumínico y humeante que sostenía con la otra mano. 'Se va atorar' acotó Jaurena, atento. El zapatillazo en la cabeza fué dado con tanta violencia que le dejaría una marca indeleble hasta el fin de sus días y sería tema de conversación en las reuniones navideñas de los siguientes ocho lustros. La mosca decidió emigrar cansada de tanta violencia doméstica. 'A nadie se le ha ocurrido hasta ahora unir mis apodos' susurró la turra arreglándose el flequillo que se le había desacomodado debido a la onda expansiva provocada por el alpargatazo del sabueso en la frente vareliana de su ayudante 'Pero lo que sí se les ha ocurrido es robarme zapallos de la huerta...'. La alpargata fué un apéndice flácido, autóctono por cierto, pero decaído, sin vida, un ente bigotudo con olor a extremidad posterior final y humedá, un adorno terrestre sin conocimiento gramatical. 'Se dedica usted, si he comprendido bien, a la crianza de zapallos domesticados en sus dominios traseros?' indagó Pepepepé dejando lugar a una duda que horrorizó al Pijirito: era elia la Asesina del Zapallo? La Zapallaza en vez de El Zapallazo? 'Claro' dijo la mujer, segura 'como todo el mundo... pa hacel dulce... pucherito... calne con zapayiíto... lo má rico, chico!' 'A la mielda' espetó Jaurena estentóreo y contemporizador' se nos descentralizó la covacha, ché! Parece que estamos en una novela venezolana!'. Asombrado Piturco optó por callar, no queriendo herir los sentimientos de una supuesta seguidora de Chávez. Del Negro Chávez. En eso estaban, disputando geografías e ideologías zapallares cuando sonó el teléfono. La mujel descruzó las piernas con la ayuda de un obrero de la construcción que hizo acto de presencia (un extra? un alma solidaria? un pata e'bolsa?) saliendo del ropero, tomó el auricular, dijo 'Aló?' y tras breve espera pasó el adminículo a Pederast que se metía en ese momento las medias por dentro de los pantalones para que no se le enredaran con la cadena de la bici, presintiendo el final del capítulo. 'Es un tal Tito que lo busca... Parece que encontraron otro muerto con un zapallo enterrado en la cabeza...Estaba tirado dentro de un Mercedes en el cual sonaba música tropical a toda bola chico!... Un tal Paco Casal...'
Tema del día: Save Your Day de José González, CD Veneer, 2003

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