Thursday, August 23, 2007






51.- FELICIA, EL TULLIDO IBÉRICO Y EL NIÑO OVEJA









Nada hacía pensar que una vecina con aspecto tan inofensivo -si obviamos sus 123 quilos de peso, pelo teñido de lila y una tendencia al histrionismo que pedía a gritos un escenario teatral- fuera capaz de cometer tamaña barbaridá, vea Ud. El primer indicio vino debido al repentino silencio. Donde antes era escenario -hasta altas horas de la madrugada- de gritos, llantos, correteos y risas desencajadas se había transformado, de la noche a la mañana, en un paraíso de retiro espiritual. Uno podía sentir hasta el más leve pedo de mosca, y si se lo proponía, el dolor de estómago de la mosca que iba a tirarse el flato. La última sonora señal había sucedido tres días atrás: un seco THUMPH! había dado por término a una discusión que se colaba por las rendijas y las cañerías del caserón. El THUMPH! calló los balidos del Niño Oveja, los llantos de opereta de Felicia y los tímidos argumentos del Tullido Ibérico. El marido era un 'Galego de Vigo, hombre!' y había quedado semi lisiado al intentar patear una pelota hacia los balidos del Niño Oveja. Rotura de ligamentos, cruzados, transversales y cuadrados. Toda la rodilla hecha puré. Condenado a estar tres meses encerrado con la pata en alto en los dominios de Feli, dominios que visitaba solamente por las noches, al volver del trabajo, cansado de diez horas de construcción. El THUMPH! había acabado, presumiblemente, con el suplicio del galaico, alivianado su alma y su cuerpo de 123 quilos de exigencias mentales, síquicas, y -oh dioses menores de la lujuria- sexuales. Debajo Feli sería un miasma acogedor, encima una medusa avasalladora...

A la Caco le brillaron los ojitos malvados. Encogiéndose, como para poder escudriñar mejor en su secreto, me susurró: 'Ya está! Lo mató! Le pegó un palo en la cabeza y lo dejó duro del todo, no solamente de la pierna derecha! Es calcado a un capítulo de Mea Culpa! Vas a ver que mañana traslada el cadáver escalera abajo en bolsas de basura, descuartizado! Lo mete en el auto, va hasta el lago, le mete piedras y lo sumerge!' 'A lo mejor' me atreví a interrumpirla en su, ehm, criminal argumentación 'no necesita meterle piedras. Tiene la pata enyesada. Flota el yeso?' 'Huevón!' me corrigió la experta de serie negra 'Te digo que lo va a descuartizar! La pata del yeso se va derecho pal fondo del lago... pero el resto? El resto... piedra!' Al otro día nos despertamos temprano por los ruidos en el pasillo. Nos levantamos y vimos, al abrir la puerta, como Felicia bajaba, bufando como una manada de hipopótamos en época de sequía, dos bolsas de residuos por la escalera. Nos saludó esquiva, hizo mención al consumo desaforado que la aquejaba y que hacía que la producción de basura en el mundo capitalista fuera enorme, y siguió su descenso hacia el Ford que la esperaba con la baulera abierta. Partió, rauda. 'Al lago' dijo la Caco. 'Al lago' confirmé yo.

'Al lado' dijo la Caco tres días después 'ví al Tullido Ibérico pateando una pelota hacia el Niño Oveja'. 'Este hombre' susurré 'no aprende más...'

Tema del día: Finer Feelings del grupo Spoon, CD Ga Ga Ga Ga Ga, 2007

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