Entendámonos: a Chucky yo lo tenía guardado en mi corazón. Eso de andar asustando púberes e impúberes en ropa interior, corretearlos por la casa en ayunas de luz, esconderse en el ropero y salir cuchillo en mano tartamudeando baboso como una mala copia de Pacheco Areco para morderles las pantorrillas era algo que despertaba envidia, y si no envidia, morbo de ciudad chica carente de entretenciones indecentes, que son las más interesantes, siempre. Pero a la invención de una mentada estudiante de 27 años llamada Gauri Nanda, por más entretención indecente o decente que sea, no puedo menos que opinar desde la bancada de la oposición. Esta chica, presumiblemente hindú -no logré encontrar datos fiables de ella en wikipedia ni en google (tampoco me maté buscando; puse gauri nanda clocky y no salió nada, chau), solamente que era una estudiante de uni a la que le costaba levantarse por la mañana y le vino la idea- se iluminó creando un despertador, el Clocky (supongo que primo de Chucky) que se esconde al sonar en la madrugada, cuando uno se tiene que alzar para yugar y, en pos de la verdad del sistema solar, planetario y humano del derecho al descanso, le quiere pegar el piñazo justiciero de igualdad para acallar para siempre su estridente llamada a la realidad. El invento tiene rueditas y es capaz de saltar de la mesa de luz y rodar hasta un escondite seguro desde donde sigue sonando hasta que uno, derrotado, se levanta, al fin, odiando a Gauri y su genio creador, y se dedica a menesteres más sociales, familiares, eclesiásticos, clasistas, fascistas.
El hallazgo es un éxito increíble de ventas en Japón, país de -es sabido-masoquistas extremos.
Tema del día: Virtue And Wine de Sondre Lerche, CD Faces Down, 2002
posted by pelayom at 1:02 PM
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