Monday, October 23, 2006


6.- IF YOU GO TO CABOU POLOUNIO


Primero empecé haciéndome el cancherito, el hombre de mundo, o por lo menos, el hombre de la costa atlántica uruguaya. Le dije a la Caco:"Fijate bien en lo sencillas de las cabañitas, en lo esencial de las construcciones. No te olvidés que estas personas eran hasta hace nada pescadores, artesanos, locos de las dunas, jipis, volados. El turismo llegó hace relativamente poco, y ahora están empezando a cosechar las primeras migajas. Ta bien que cobren los ranchos a 50 dólares la noche. Tienen que desquitarse del hambre sufrido en los inviernos pasados. Recuerdo que la primera vez que fuimos en el 80 con la barra del INVE..." Y blablablablablá. La Caco asentía media durex desde el Skype, Jack corría muebles en la habitación de arriba y yo entré en un monólogo bastante estúpido e insulso acerca de la belleza espiritual y paisajística de Cabo Polonio mientras tecleaba en el laptop la página web del lugar, buscando cobijo semanal veraniego. Mientras le contaba el desarrollo de borracheras pasadas entre las dunas, los asados, los partidos de fútbol y el correteo de mujeres en los bailes de Valizas, hice un mail base que envié a diferentes dueños de casas a alquilar para tener una idea de disponibilidad y etc en la próxima temporada. Mientras aleccionaba, en un tono de voz que hasta a mí me parecía pedante, sobre lo honroso que significaba el ayudar con el aporte del alquiler al sustento de una familia necesitada que enfrentaba, quizás, los fríos invernales costeros con la ayuda de una miserable estufita a querosén, me llegó, presta, la primera respuesta. "Caray" pensé "con los cabopolonioninos. Están tan duchos en la www como para enganchar los caballos a las carretas o remendar las redes de pesca".
"Gracias por tu mail" se leía "Dejame confirmar. Para las fechas en la que querés venir hay una pre-reserva hecha. Los precios son los mismos que aparecen en la página. Te mantengo al tanto. X."
"Deben de estar reunidos en un fogón virtual, alimentado por energía solar o eólica. Son todos jipones, rayados. Andan descalzos. Fuman porros. No se bañan. Bah, sí se bañan, pero en verano. En invierno los pingüinos andan con bufanda ahí. Hace flor de tornillo. No se acercan ni los platos voladores a esas costas ingratas" le expliqué a la Caco que me miraba ya bajo los primeros síntomas de escepticismo acerca de lo "salvaje" del lugar.
"OK" contesté a X "Te llamo apenas llegue al Uru. Estoy en el extranjero. Entre tanto nos mantenemos en contacto por este medio. Saludos. W."
"Les escribo rapidito porque seguro que es una computadora a batería y precisan la energía para calentar el guiso, sabés?" La Caco se escudriñaba las uñas y me lanzó una mirada que, a pesar de los 6.532.007 usuarios conectados, no dejaba lugar a dudas.
35 segundos más tarde, contra-respuesta.
"OK. Nos mantenemos en contacto. Yo también estoy fuera de Uruguay. X."
"Ves?" le dije con una sonrisa triunfante a la escéptica trasandina "El pobre seguro que anda bagayeando en el Brasil y me escribe desde un ciber del Chuy o Bagé. Te dije. Todos pobretones. Jipis. Pescadores. Contrabandistas. Estirpe fronteriza. Huelen a sobacol."
"OK. Buen viaje de vuelta. Cuidado con la Aduana Móvil. W."
11 segundos después.
"Qué Aduana Móvil? Toy en Nueva York. Regreso en Febrero. Te paso mi teléfono en Brooklyn. Es el 917-915... X."

A este paso voy a ir perdiendo toda credibilidad y mi autoestima expirará por desconfianza en mí mismo.


Tema del día: Brompton Oratory de Nick Cave and The Bad Seeds del CD The Boatman's Call, 2001


www.cabopolonio.com


wilmarberdino@hotmail.com
gonzalofonsecaster@gmail.com

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